En un panel sobre Maquinaria -en el segmento AgTech del Congreso de Aapresid- se pidió por más conectividad para aprovechar la cantidad de datos aplicables.
Un panel conformado por especialistas de primer nivel pertenecientes a los sectores público y privado, analizó en el Congreso de Aapresid aspectos referidos a maquinaria agrícola e inteligencia artificial… el futuro esperable con esa combinación y cómo cobra protagonismo la imperiosa necesidad de conectividad en nuestro país.
Presentó el tema el moderador del panel, Matías Corradi, director de operaciones comerciales de Monsanto en Argentina y director de desarrollo empresarial en The Climate Corpotation de Monsanto Co., quien destacó que “esta nuevas tecnologías van siendo aplicables en agricultura y permiten el manejo beneficioso de datos. Y rápidamente presentó al primer orador; Luis Urriza, subsecretario de Agricultura de la Nación.
Urriza explicó que, desde la dependencia estatal a su cargo, los “entrepreneurs” y las empresas que proveen el servicio de agricultura de precisión conforman uno de los eslabones que tratan de sostener y dinamizar. “Ha ocurrido -analizó- que la Argentina comenzó a liderar un proceso de Agtech que muchos creímos sería más rápido de lo que realmente resultó. Hace unos 15 ó 20 años pensamos que en un país con tanta vocación por la tecnología y abierto a la adopción del conocimiento en el agro, se daría un proceso mucho más rápido que el logrado. Ello fue debido a que somos muchos los actores que intervenimos y, sobre todo, debido a las políticas económicas aplicadas al sector, condimentos que en el pasado, hicieron que se ralentice la tasa de aplicación de tecnología. Desde el Estado tenemos herramientas concretas como las mesas de competitividad, y en particular la de los temas de este panel, para ayudar en este proceso de crecimiento.
Público diverso animó el XXVI Congreso de Aapresid en Córdoba "Sustentología"
Por su parte Luis da Fonseca, líder de agricultura digital en IBM Brasil, comentó que “en la empresa están estudiando desde hace tiempo cómo la agricultura artificial puede ser parte de los agronegocios. Hoy vemos que la cantidad de datos recopilados y aplicables está explotando por todas partes”, explicó. Y si vemos como estábamos hace dos años, dijo el especialista, se puede uno imaginar que “en dos años más la cantidad de datos será enorme y seguirá en aumento cada año. No hay manera hoy de manejar semejante cantidad de datos de manera provechosa, con los equipos corrientes”.
Remarcó Da Fonseca que “a partir de esa información se genera valor. También podemos pensar de qué manera podrá ser el manejo de los cultivos, de las cosechas, de los lotes y qué pasará con el manejo de los insumos”. Está convencido de que “la inteligencia artificial ayudará a través de robots y computadoras, y a manera de ejemplo hizo una breve referencia al desarrollo de IBM dentro de un viñedo en California, donde una supercomputadora llamada Watson, fue aplicada a testear un sistema de riego que hace crecer los viñedos con menos agua. Watson puede exprimir la tecnología para ayudar a agricultores en el mundo, bajando el consumo de agua, lo cual puede ahorrar mucho dinero en la agroindustria. Además puede jugar un gran rol en la conservación del agua en el planeta, especialmente en épocas de sequía como las que a veces ocurren en California.
En síntesis, IMB Plataforma Watson IoT (IMB Watson IoT Platform, tal su nombre original), es el ayudante aplicador de las soluciones innovadoras, facilitador de la recopilación y análisis de grandes flujos de datos, provenientes de una cantidad de fuentes como sensores de tierra y aire (drones o cámaras digitales), datos referidos al ambiente (servicios informativos del clima), provenientes de sensores remotos como satélites, y datos geológicos disponibles en redes específicas.
Estas capacidades pueden ser combinadas con otros servicios y tecnologías en los que IBM investiga a fondo, como cadenas de datos cibergrabadas (blockchain) que combinadas con series de clima se pueden transformar en una cadena global de datos para la producción de alimentos, y además contemplar su trazabilidad. “Se han desarrollado otros programas que controlan, en una máquina, funciones del motor y su mejor desempeño, la mejor distribución de fertilizantes, de pesticidas y de otros insumos: le ofrecen al operador la mejor manera de gestionar la máquina”, destacó da Fonseca.
En su alocución Mario Bragacchini, coordinador de la Estación Experimental de INTA, Manfredi, Córdoba, destacó que las máquinas nacionales se desarrollan complementándose con empresas de otros lugares del mundo de muy alto nivel tecnológico, y que resultan competitivas en varios mercados.
Mario Bragachini, del INTA, ponderó los desarrollos complementarios entre las máquinas nacionales y las de otros lugares del mundo
Subrayó el especialista “que el avance alcanzado por los equipos locales permite que se les pueden suministrar datos; los procesan para ejecutar las tareas de la mejor manera”. Hizo referencia a los distribuidores eléctricos de semillas con patente mundial, capaces de sembrar a 14 km/h sin perder eficiencia en la distribución.
El gran desafío ahora, según destacó Bragachini, es “lograr el tren de siembra que pueda lograr una buena distribución en el surco, con una semilla que sale a 50 km/h y se clava entre la rueda y el suelo. Aparecerán cosas, próximamente, que serán muy importantes”.
También habló de “sensores que permiten definir el ambiente de siembra en superficies muy acotadas (menos del 1m2), y que informan nada menos que el contenido de materia orgánica y humedad del suelo. Calcular la presencia de rastrojo en el surco, es uno de los parámetros que tienen una correlación muy positiva con el insumo que le pondré en el metro siguiente.
El referente del INTA puso en consideración que “la semilla ahora es un chip que tiene 8 a 10 eventos biotecnológicos, y por ende debemos darle la mayor posibilidad de que transforme su componente genético en un potencial productivo. El arranque (germinación y emergencia) es fundamental y para ello se está generando un ambiente a través de cinco chorros de inoculante, control para hongos, insectos y todo lo que precisa la semilla para prosperar”.
Respecto de los tractores autónomos dijo que “ya son una realidad. Se desarrollaron los mini robots: entre 10 ó 12 por hectárea siembran lotes europeos, de dimensiones reducidas comparados con los nuestros”, explicó Bragachini. ¿Estos robots van a irrumpir en la agricultura extensiva?. Bragachini cree que “por ahora, no. Van a avanzar primero en agricultura intensiva, en frutihorticultura. Pero no hay ninguna duda que en un futuro mediato, también en una producción agrícola extensiva una persona va a tener el control remoto desde una computadora y así podrá manejar robots”.
En relación a la aplicación de fitosanitarios, el ingeniero cordobés ponderó que “tenemos máquinas que han ganado premios internacionales, de cuatro tanques, con aplicación selectiva. Y “en los próximos concursos de innovación tecnológica aparecerá un sistema de gota controlada, apoyado con software y electrónica, muy de punta, de origen nacional“.
La automatización también genera datos y por lo tanto requiere conectividad, un factor que “si es importante para la producción de materia prima resulta indispensable para la generación de alimentos”, advirtió Bragachini.
Fuente: Clarín Rural