“Se logra una alta respuesta en los rendimientos”, aseguró el especialista Andrés Grasso, en una de las conferencias del congreso Fertilidad 2019 que se desarrolla en Rosario.
Con una estrategia de fertilización que tome en cuenta los resultados de los ensayos zonales -el conocimiento acumulado en cada región- y las recomendaciones técnicas de los especialistas se pueden conseguir respuestas de más de un 20% en los rendimientos de los cultivos.
Lo aseguró Andrés Grasso, que integra el comité técnico de la Asociación Civil Fertilizar, en la conferencia “Brechas en la producción de secuencias de cultivos en la región pampeana según estrategias de fertilización” que dio en el simposio que organiza la entidad esta semana en Rosario.
El objetivo de este trabajo fue cuantificar las diferencias en producción agrícola según planteos contrastantes de manejo de la nutrición en condiciones agrícolas representativos de la región pampeana.
“Luego de dos campañas de estudio, en 10 sitios representativos de la región se validaron mejoras en los rendimientos de los cultivos al implementar estrategias de fertilización recomendadas o de nutrición balanceada con respecto a la aplicación actual de esta práctica”, destacó el especialista.
Grasso también contó que los rangos de mejora varían según los cultivos y los planteos de nutrición. “En condiciones no limitadas en nutrición, los rendimientos son de hasta un 20% superiores a los que se alcanzan con las practicas actuales”, aseguró.
En la mayoría de los cultivos y condiciones de producción, insistió, la implementación de recomendaciones medias de fertilización, considerando ajustes con NPS (nitrógeno, fósforo y azufre) y micronutrientes según diagnósticos por análisis de suelos y de expectativas de rendimientos, reducen, con beneficios económicos, la diferencia de producción asociada al manejo de la nutrición en casi el 50%.
En el simposio, el especialista repasó las brechas de rinde, con una fertilización más eficiente, cultivo por cultivo. “Los rendimientos de cebada sin fertilización, por ejemplo, alcanzaron los 3.060 kilos por hectárea y con un manejo ajustado de la nutrición se cosecharon 5.335 kilos (una mejora del 74%). En trigo, los rendimientos variaron entre 3.187 kilos y 4.275 kilos por hectárea, con un aumento del 34%”, precisó Grasso.
En el caso del maíz, las mejoras fueron del 30% en los rendimientos (de 7.700 a 9.800 kilos por hectárea) y en la soja los rindes se incrementaron de 2.756 a 3.821 kilos por hectárea (38% más).
“La aplicación de fertilizantes, en comparación con los tratamientos control sin fertilización, contribuyó al rendimiento en un 25% en promedio para toda la secuencia de cultivos con máximos de 30% en maíz y 15% en soja de segunda”, concluyó Grasso.
Fuente: Clarín Rural