Trigo: el secreto que puede revelar un vuelo al inicio del macollaje

Se pueden tomar decisiones de fertilización ambientada o sectorizada

El uso de drones para interpretar lo que ocurre en los lotes crece, se simplifica y permite tomar oportunas y certeras decisiones agronómicas. Durante la campaña pasada, realizamos un relevamiento junto al investigador y consultor Pablo Abbate e identificamos que aumentar 10 puntos la cobertura de surco, de 72% a 82%, equivale a sumar 250 kg/ha de rinde en un trigo de 35 qq/ha o 56 US$/ha de ingreso adicional con trigos de 220 US$/tn.

Uno de los momentos clave de los cultivos de trigo y cebada es la siembra y posterior emergencia. Los motivos más frecuentes de falla tienen que ver con el manejo del rastrojo, la profundidad de siembra, la sanidad de la semilla, la calidad de emergencia, y el cierre del surco. Medir la productividad en esta instancia permite no solo cuantificar pérdidas sino también corregir estrategias de fertilización, haciendo más eficiente el uso del recurso y el impacto en el resultado.

En el ensayo que realizamos en trigo y cebada en el sudeste de Buenos Aires a partir de vuelos con drones realizados en la etapa de inicio de macollaje, en lotes de loma y bajo y con dos dosis de nitrógeno, medimos la cobertura de surco y se pudo determinar que, en trigo, las mermas en productividad variaron entre 24 y 72 kg/ha por cada punto de cobertura perdida, con una media de 45 kg/ha. En cebada, las mermas fueron de entre 46 y 83 kg/ha, con medias de 62 kg/ha. También se pudo saber que la compensación se dio en los surcos contiguos y no alcanzó a reemplazar la pérdida de productividad debido al raleo.

Este dato es realmente revelador, si tenemos en cuenta que es muy común escuchar que el trigo compensa las fallas de siembra. Este conocimiento nos da una nueva oportunidad de mejorar la eficiencia de nuestros lotes de trigo diagnosticando la calidad de implantación. El relevamiento con drones no solo multiplica por 100 la intensidad de muestreo sino que permite tomar decisiones en momentos específicos y a partir de registros objetivos que de otra manera sería imposible hacerlo.

Al volar un trigo al inicio de macollaje, el productor puede saber cuál es el techo de rendimiento potencial y tomar decisiones de fertilización ambientada o sectorizada en función del desarrollo de la cobertura del cultivo. Ese es un momento en el que las imágenes de satélite no llegan a mostrar ese detalle del lote porque el trigo está aún pequeño. Por eso es una gran opción hacerlo con drones.

Tomar decisiones de fertilización sitio específico no solo permite generar ahorros de inversión sino, ante todo, optimizarla. A su vez, en este vuelo se puede evaluar la cobertura de malezas y decidir dónde aplicar herbicidas, ahorrando 30 o 40 U$S/ha al tratar solo las áreas afectadas. En un contexto como el actual, con los trigos sufriendo por la falta de precipitaciones, contar con un diagnóstico certero antes de volver a invertir en el cultivo resulta aún más clave.

El año pasado analizamos más de 10.000 hectáreas de lotes de producción en pampa húmeda de trigo y cebada, donde la cobertura media fue del 72%. Entonces llegamos a la conclusión que aumentar 10 puntos la cobertura de surco, de 72% a 82%, equivale a sumar 250 kg/ha de rinde en un trigo de 35 qq/ha o 56 US$/ha de ingreso adicional con trigos de 220 US$/tn. Y todo esto, teniendo en cuenta que procesar las imágenes de un vuelo realizado por cuenta propia en 100 hectáreas de trigo tiene un costo de apenas US$50.

El autor es responsable de Desarrollo de Mercado de DroneScope

Por: Gonzalo Gomez

LN Campo